domingo, 15 de junio de 2008

¿Y por casa cómo andamos?

Mucho antes de que comenzara el conflicto por las Plantas de tratamiento de celulosa en Uruguay, en nuestro país ya funcionaban distintas instalaciones con el mismo fin a las cuales se cuestiona su seguridad ambiental.

Argentina cuenta con 30 fábricas de celulosa y papel en funcionamiento, de las cuáles 12 llevan acabo el mismo proceso que la finlandesa Botnia, que entraría
próximamente en funcionamiento.
Encontramos nuestras pasteras en las provincias de: Jujuy, Tucumán, Santa Fe, Buenos Aires, Río Negro y Misiones. Las denuncias de contaminación son moneda corriente en Argentina, aunque con menos difusión pública que el caso Gualeguaychú-Fray Bentos.

Las más cuestionadas son la Planta de Alto Paraná, Celulosa Puerto Piray y Benfide, que funcionan en Misiones, en el límite entre Argentina y Paraguay. Asociaciones ambientalistas, como Greenpeace y
Guayubira, y el gobierno paraguayo han efectuado distintos reclamos por la contaminación del Río Paraná. Guayubira asegura que se vierten desechos tóxicos sobre el caudal, al no realizarse un tratamiento adecuado a los efluentes.

Las críticas por el uso de mecanismos contaminantes también alcanzan a la Papelera de Tucumán, y la santafecina Celulosa Argentina. En Tucumán, la Cámara de Apelaciones de la provincia condenó a los directivos por contaminación ambiental. Contraria fue la resolución del tribunal de segunda instancia de San Jorge, localidad de la provincia de Jujuy, que rechazó el recurso de amparo interpuesto por Comité de Etica Profesional y los Derechos Humanos (Codesedh) (según Página 12).

La situación de las pasteras argentinas ha tenido escasa repercusión pública en comparación con el conflicto con nuestros pares uruguayos. Mientras la situación en Fray Bentos alcanza protagonismo internacional, como con la intervención del representante español de las Naciones Unidas, los posibles problemas ambientales en nuestro país quedan relegados a segundo plano.

A pesar de las contraposiciones sociales, los negocios continúan: la empresa finlandesa Stora Enso estaría interesada en instalar plantas de tratamiento en Misiones y Corrientes, para lo cual ya comenzaron a realizar gestiones. Hasta ahora ninguna planta de celulosa ha dejado de funcionar, ni se tiene certeza absoluta de la contaminación que producen. Tal parece que resta mucho tiempo de reclamos e intereses encontrados.

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